Al día siguiente se despierta “pachim pacham” por la mañana y se va recuperando a la que pasan las horas. El 12 se encuentra bien y el 13 un poco de “cap baixat” (cabeza agachada).
Esta vez he cumplido mi propósito de la entrada anterior, era no contar los días entre crisis. Lo he hecho una vez que le ha aparecido para poder seguir con la estadística de sus episodios.
Por primera vez, en casi treinta años, no he estado esperando su crisis. He dejado que todo siga su curso.
Esta ha seguido el ritmo de las últimas, suave y prácticamente no le ha impedido seguir con su ritmo de vida normal.
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