En su día 97 se despierta mareado.
Mañana tenemos
una fiesta importante. Una atractiva y alegre festividad de verano que él
esperaba con ilusión ¿podrá ir? O tendrá que conformarse con quedarse abatido
en el sofá, medio adormilado, mareado y con nauseas.En la crisis anterior empezamos a probar el tratamiento con Periactin y esta vez hemos optado por seguir intentándolo. Con el medicamento se ha pasado las veinticuatro horas después de “su aviso” prácticamente durmiendo, únicamente se ha despertado a las cinco de la mañana, ha vomitado una sola vez, se ha tomado la pastilla y ha seguido durmiendo.
Al día siguiente se despierta cansado pero bien ¡no está mareado! El Periactin es como “mano de santo” ¡Ha podido disfrutar de la fiesta!
Tendremos que esperar veinticuatro horas más para averiguar si hemos abortado la crisis o simplemente la
hemos retrasado y si finalmente y después de veinte años con vómitos y mareos
estamos descubriendo un aliado que le reduce y alivia sus crisis.