Cien días después de su última crisis se despierta con una
nueva crisis. Esta vez ha sido suave y pocas novedades os puedo explicar, pero
lo que vamos observado es que cuando son
más flojas necesita más tiempo de recuperación.
El cuarto día aún se despierta mareado.
Poco a poco se le va alargando el periodo entre crisis. Todos
los que seguís el blog sabéis que sus crisis son regulares y bastante controlables,
pero también que lleva más de veinte años batallando con ellas.
No sé si algún día obtendremos una respuesta a todas nuestras
preguntas, pero estoy orgullosa de la decisión que él ha tomado, sin perder de
vista los nuevos avances en la investigación del Síndrome de Vómitos Cíclicos, intenta
no incomodarse con pruebas y fármacos y
poco a poco va consiguiendo una notable mejoría. Nosotros muchas veces tenemos que aprender de nuestros hijos.