Apreciados lectores no me había olvidado del blog simplemente que mi hijo no ha tenido ningún
indicio de crisis en casi once meses.
Le había ocurrido algo similar en el 2018, estuvo 327 días bien y sin vómitos, en aquella época aún vomitaba. Ahora han sido 321 días, pero ya no vomita, si no recuerdo mal la última vez que lo hizo fue en agosto del 2020, y ya sus crisis se reducían a un solo vómito, dejando atrás sus largas noches de la infancia y la adolescencia, vomitando sin parar; sus largos días con fotofobia, con todas las persianas cerradas durante el día; sus días de “cap baixat” no pudiendo levantar la cabeza por miedo a marearse. Ha dejado muchas cosas atrás...
Hoy, 6 de julio, se ha despertado un poco mareado y ha pasado todo el día con sueño y cansado.
Duerme toda la noche muy bien, pero se despierta cansado, con mal cuerpo. Al ser domingo puede descansar. Al día siguiente está bien y damos por finalizada esta mini crisis muy distanciada de la última.
Sin embargo, parece qué no acaba aquí la cosa y dos días después, el día 10, tiene un ligero recuerdo de su “cap baixat”. En algún momento está ligeramente mareado. Por suerte le dura poco y solo se queda en un leve vestigio.
Esta mini crisis ha sido una breve réplica de muchas de esas cosas que se van quedando atrás. Mi querido hijo ha aprendido a sobrellevar esas endemoniadas crisis, siempre luchando, siempre mirando hacia delante, hacia dónde quiere ir, como en el surf.
